Suite Familial – Cama de matrimonio y dos camas individuales
Desde 1933, nuestras tres generaciones de predecesores tuvieran que encontrar todas las « soluciones » para comer. El jardín no era bastante para alimentar todo el mundo, la chabola (casera o improvisada ?), situada entre detrás el edificio y la cascada, que abrigaba primero las yeguas, fue rápido convertida en gallinero. Pero los zorros encontraron el corral muy acogido. Pronto, volvió el refugio ideal para los cerdos y patos. Le dejamos imaginar su destino al otoño. Algunas papilas todavía se acuerdan !
Aprovechando una nueva reconversión, el gallinero abrigó después el grupo electrógeno que aseguraba la alimentación eléctrica del hotel. Allende las épocas y las costumbres, siempre habrá sido el lugar de un estrépito seguro. No puede ser más normal que volviera hoy el teatro del jaleo de los niños…